Ya son muchos años los que llevo trabajando en el difícil pero a la vez apasionante campo de la medicina dedicado al tratamiento de las adicciones.

He conocido a todo tipo de personas, unas acuden a la consulta con una clara conciencia de enfermedad, otras en cambio no lo tienen tan claro pero están interesados en saber que les pasa. Que duda cabe que en tantos años también he conocido personas adictas que no aceptan o niegan el problema y que son conducidas por sus familiares a regañadientes a mi consulta.

Unos y otros presentan el mismo problema, la Adicción y todos ellos pueden curarse si así lo deciden, ponen todo su empeño en ello y se dejan ayudar por profesionales. Las condiciones de la terapia no las pone el paciente, las pone el terapeuta. Esto es muy importante.

Mi trabajo consiste en una vez detenido el consumo previa desintoxicación si así lo ha requerido, en trabajar aspectos emocionales que están o pueden estar relacionados con el mismo. Junto con la deshabituación se le ayuda a identificar las conductas problemáticas y cambiarlas por conductas constructivas. Para ello se le dota de herramientas para llevar a cabo este cambio. Luego, poco a poco, se le acompaña a reinsertarse de nuevo a su lugar. Esto requiere tiempo y esfuerzo pero ¿hay algo valioso en esta vida que no requiera de tiempo y esfuerzo?. ¡Que puede haber más importante que el poder reconstruir la propia vida!

Hoy en día contamos con centros ambulatorios como este, pero también con centros de día y comunidades terapéuticas. Se activará uno u otro plan de tratamiento en función de la gravedad de la adicción.

Ánimo y adelante. Todos podemos cambiar. La adicción es una enfermedad y como tal se puede curar.

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